lunes, 19 de septiembre de 2016

LIBERA TU POTENCIAL. ABANDONA EL CONFORMISMO.


El conformismo, el miedo,...en ocasiones, genera una vida llena de barreras e impedimentos y, por consiguiente, una vida que conlleva fracaso.

El libro de Camilo Cruz “La Vaca”, nos ofrece una metáfora sobre cómo vencer el conformismo y la mediocridad, encontramos una clara reflexión sobre nuestra vida cotidiana.

La historia nos cuenta que un viejo maestro deseaba enseñar a uno de sus discípulos la razón por la cual muchas personas viven atadas a una vida de conformismo y mediocridad, y no logran superar los obstáculos que les impiden triunfar. No obstante, la lección más importante es observar lo que sucede cuando finalmente nos liberamos de aquellas ataduras y comenzamos a utilizar nuestro verdadero potencial. 
Para ello, visitaron una de las comarcas más pobres. En ella vivía una familia sumida en la pobreza, cuyo único recurso era una pobre vaca flaca que les daba leche y con ello, lo estrictamente necesario para alimentarse y vivir. Estaban estancados en esa situación de conformismo, sin ilusiones, enrolados en un bucle de pesimismo que les hacía pensar que era imposible vivir peor. 
El maestro y su discípulo pasaron la noche con esta familia y al día siguiente, muy temprano, asegurándose de no despertar a nadie, los dos viajeros se dispusieron a continuar su camino.
Ante la incrédula mirada del joven, y sin que éste pudiera hacer nada para evitarlo, el anciano sacó una daga y degolló a la pobre vaca que se encontraba atada a la puerta de la vivienda. 
Así pues, dejando atrás aquella macabra escena, maestro y discípulo partieron. El maestro parecía despreocupado ante la suerte que le esperaba a la pobre familia por la pérdida del animal. Durante los días siguientes al joven le asaltaba una y otra vez la nefasta idea de que, sin la vaca, la familia seguramente moriría de hambre. 
La historia cuenta que, un año más tarde, los dos hombres decidieron pasar nuevamente por aquel mismo lugar para ver qué había ocurrido con la familia. Donde un año atrás se encontraba la casa ruinosa, ahora se levantaba una casa grande que había sido construida recientemente. Lo primero que pensó el joven discípulo fue que la muerte de la vaca había sido un golpe demasiado duro para aquella pobre familia, y que otras personas vivían ahora allí.
Cuál no sería su sorpresa cuando, del interior de la casa, vio salir al mismo hombre que un año atrás les había dado cobijo. Sin embargo, su aspecto era totalmente distinto. Sus ojos brillaban, vestía ropas limpias, iba aseado y su amplia sonrisa mostraba que algo significativo había sucedido. El joven no daba crédito a lo que veía. Rápidamente se dispuso a saludarle para averiguar qué había ocasionado tal cambio en la vida de esta familia. 
El hombre les contó que algún maleante había degollado salvajemente al pobre animal. Les confesó, que su primera reacción ante la muerte de la vaca fue de desesperación y angustia. Sin embargo, poco después de aquel trágico día, nos dimos cuenta que, a menos que hiciéramos algo, nuestra vida acabaría con la del flaco animal.
Necesitábamos comer y buscar otras fuentes de alimento para nuestros hijos, así que preparamos el patio de la parte de atrás de la casucha, conseguimos algunas semillas y sembramos hortalizas y legumbres para alimentarnos. Cuando pasó algún tiempo, nos dimos cuenta que la improvisada granja producía mucho más de lo que necesitábamos para nuestro sustento, así que comenzamos a venderle algunos vegetales que nos sobraban a nuestros vecinos y con esa ganancia compramos más semillas y poco después comenzamos a venderlo en el mercado del pueblo. De esta manera, poco a poco, este año nos ha traído una vida nueva.

¿Qué reflexión obtenemos de esta historia?

¿Nos funciona pensar que la vida que llevamos es consecuencia de nuestras circunstancias? 
¿Es responsable? ¿Es real?. 

Tenemos la capacidad de elegir la respuesta ante las circunstancias, la actitud, la forma de afrontar la vida. Soltar el conformismo y pasar a la acción.

¿Cuántas personas nos cruzamos todos los días de nuestra vida, en nuestro entorno, en nuestra familia, en nuestro equipo,… que viven aferrados a las excusas para no solucionar o cambiar situaciones que no les permiten avanzar? ¿Y nosotros mismos?

Depende de nosotros hacernos responsables, tomar consciencia, salir de nuestra zona de confort, ir a por nuestros sueños y cumplir nuestros objetivos.

Elegir ser valientes… no lo es, quien no tiene miedo. Vencer las barreras y los obstáculos que se presentan en nuestro camino disfrazados de pensamientos y creencias que nos limitan.
“No espere. Nunca va a ser el momento justo. Empiece en donde usted se encuentra y trabaje con las herramientas que puede tener a su disposición ahora, y mejores herramientas van a ir apareciendo a medida que usted va avanzando”. Napoleón Hill.

¿Cuántas veces nos damos u oímos excusas increíbles?
¿Cuántas veces la culpa es de los demás?

Solo seremos conscientes de todas las oportunidades que dejamos pasar cuando “Matemos nuestras Vacas”.
¿Cuáles son tus Vacas?

Libérate de tus Vacas
Vanessa Córdoba García.

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